Nos encontramos un huevo gigante en nuestra clase con una tarjeta que ponía que era conveniente meterlo en agua y esperar. Así lo hicimos. La señorita lo puso en un bote muy grande lleno de agua y cada día íbamos viendo la evolución. No sabíamos si era de pájaro o de serpiente. Así era más interesante el experimento. Estuvimos esperando casi dos días para que empezáramos a ver algún cambio. El huevo, poco a poco se fue abriendo y después de esperar pacientemente durante 4 ó 5 días, al final nació un pequeño dinosaurio. Ahora lo tenemos como mascota en el aula. Los experimentos como este, en Educación Infantil, es una gran fuente de aprendizaje. Un aprendizaje significativo para los alumnos. La espera también la hemos trabajado durante este tiempo. La naturaleza no funciona “ahora”. Debemos esperar la evolución. Fantástica experiencia. Equipo Inf. 4 años |